No encuentras tu reflejo porque te quitaron todos
los espejos que decían la verdad. Fuiste tú el que pediste como última
instancia antes de tu fingida muerte que retiraran todos los que te miraban
fijamente y te decían un “no”. Pero en realidad eras tú, tu subconsciente te
decía que no. Así que tiraste la moneda al aire y esperaste a que el destino
trabajase por ti.
Nunca lo consigues. El destino
está cansado de repetirte que nada depende él.
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