viernes, 22 de marzo de 2013

Siempre o nunca.


Como una película de domingo por la tarde en la televisión. Como los sueños que olvidas al despertar. Como tu reflejo en los escaparates en los que te detienes. Como tu sombra en un día soleado. Como un cero a la izquierda.

Esas realidades que no modifican al mínimo el transcurso de una vida.

Eso es lo que yo soy para ti.

 

El problema llega cuando la tarde de domingo se torna aburrida. Cuando te das cuenta de que no hay sueños que recordar. Cuando el escaparate no te devuelve tu reflejo. Cuando buscas tu sombra y no la encuentras. Cuando el cero cambia de lugar y se sitúa en el divisor, enviándote un infinito.

Todo cambia y te preguntas por qué ya no están ahí. Si siempre han estado tienen que reaparecer. Y te impacientas pidiendo su vuelta, culpando a la televisión, a tu inconsciente, al escaparate, a tu sombra y al cero por tratarte de este modo tan inhumano. Dime ¿qué derecho tienes de reivindicar aquello a lo que nunca le has dado la importancia que merecía?

Ahora esas realidades sí que modifican el transcurso de tu vida.

Aprende a darme importancia siempre o a no hacerlo nunca.

Foto: videoclip "Lo malo está en el aire" de Andrés Suárez.

viernes, 15 de marzo de 2013

Siempre es el tiempo.

Lo que antes te sorprendía ahora se ha convertido en rutina, una rutina que encierra sin barrotes.
Un círculo vicioso que vuelve al inicio cuando menos lo deseas.
 
La delgada línea entre lo correcto y el impulso de cerrar los ojos y dar el paso sin pensarlo.  Antes de que el momento se quiebre y los trocitos despedacen cada minuto que pasa, sin detenerse, sin preguntarse para qué seguir. ¿Y si el día de mañana no existe? ¿Y si hemos estado malgastando nuestro tiempo?
Llegará el día.
Algún día.
No me decepciones.


Los secretos merecen ser llamados secretos cuando se guardan para uno mismo.
En el momento en el que se cuentan pierden toda la magia.
Y yo estoy que reboso de ella.

domingo, 3 de marzo de 2013

Tú.


-          Eres demasiado adorable para mí.

-          ¿Me estás rechazando?

-          Estoy esperando a que me digas que nunca es demasiado.