martes, 10 de abril de 2012

Camino solitario


Y comencé a caminar.

Ya no me importaba qué camino escoger. Lo único importante consistía en no detenerme. Tampoco había marcha atrás. No quedaba esperanza; nada había funcionado. Ilusiones rotas y desvanecidas con el viento. Sólo quedábamos yo y mis pensamientos. Y seguíamos caminando, sin rumbo, sin metas, sin luna ni sol, sin aliento ni ganas de cruzarse a ningún alma con la que entablar amistad. Sólo tú y yo sabíamos lo que eso significaba. Pero a ti se te olvidó, y con ello, el sentimiento de querer seguir caminando a mi lado.



No hay comentarios:

Publicar un comentario