Eterna sensación que inunda mi cuerpo. Esa que te lleva a eliminar las sonrisas de tu rostro. La que no te deja dormir y la misma que te obliga a llorar. La que no te permite, ni siquiera por un minuto, disfrutar de la vida; esa que se agota segundo a segundo sin que tú puedas impedirlo. Y el tiempo sigue pasando... ¿no vas a hacer nada para detenerlo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario