domingo, 23 de junio de 2013

Es complicado.


Debería escribir. O mejor dicho, debería escribirte. Debería dejar que leas los textos que escribo hasta que te des cuenta que entre líneas dejan vislumbrar lo que guardo escondido en el hueco que queda entre el corazón y el sentido común. Sus latidos no hacen más que confundir a la lógica y el espacio cada vez es más pequeño. Así todo se comprime, todo se mezcla. Ya ni siquiera lo entiendo, ni siquiera tú me ayudas a descifrarlo. Te dedicas a acelerar este corazón y a revolver de nuevo lo que había quedado un poco más claro.
En fin, otro día más sin decir nada más que palabras vacías. Y esperando a que al menos tú seas capaz de hacerme comprender lo que sigue aquí dentro. Y poner esas palabras en mi boca. Soltarlas de una vez y cambiar el rumbo de lo que hasta ahora sólo es un juego.
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Los días pasan. Y no sabes lo que odio el paso del tiempo sin cambios.