martes, 27 de marzo de 2012

¿Para qué camuflar lo evidente? ¿Para qué inventar lo etéreo?



Deja de confiar en la gente. Deja de tener altas expectativas sobre el mundo. Deja de preocuparte por los demás. Deja que el mundo te engañe. Deja de pedir explicaciones que hacen daño. La verdad llegará tarde cuando todos hayamos huido. Deja de lado la fe y la esperanza en la humanidad. Deja de perseguir sueños que se desvanecen a la orilla del mar. Déjame ignorar lo que tú llamas suerte. La vida que crees llevar tan sólo es un reflejo de un rostro alegre que contempla el anochecer. Rápidamente el sol desaparecerá. Incluso antes de lo esperado. Detrás sólo encontrarás la oscuridad, y con ella, las ruinas. ¿Dónde quedó el rostro alegre ahora? ¿Dónde quedaron las apariencias de tu vida maravillosa? ¿Para qué camuflar lo evidente? ¿Para qué inventar lo etéreo?

Y si dudas por un momento, júzgame a mí y a mi alma destrozada que suplica encontrar una salida al profundo pozo en el que se halla moribundo. 

viernes, 23 de marzo de 2012

Desenfreno


Maldito insomnio. Maldita vida. Maldita mezcla entre humo y cafeína. Corazones podridos que buscan la cura y no la encuentran. Vida o muerte. Todo o nada. Noches de alcohol, incoherencias y un sorbo de esperanza. Porque al menos eso es lo que queda, no pidas más. Resguardados en la oscuridad, sin una bocanada de aire fresco que nos devuelva a la realidad. Y nos perdemos entre la tenue brisa que provoca tu locura. Que no puedo dejar de mirarte. Tú y tus misterios. Personalidades que confluyen y que enloquecen al unísono. Dispuesta a todo, dispuesta a nada.

Que se llama valentía y es lo que a mí me falta y a ti te sobra por las esquinas. 




domingo, 4 de marzo de 2012

Y tú, ¿crees en las hadas?


-          -   Ven, siéntate a mi lado. Quiero confesarte algo. Quizás no me creas, quizás pienses que soy una estúpida, incluso puede que creas que soy una loca y que salgas corriendo, pero necesito contártelo. Allá voy. Soy un hada. Sí, puede que no tenga alas, que no viva en el bosque, ni que sea tan linda como campanilla. Los cuentos, las leyendas, la televisión e internet han hecho mucho daño a nuestra imagen. Vivimos en vosotros, en todo aquel que conserva ese espíritu libre e inocente. Creer en nosotras significa creer en los sueños. Creer en un mundo en el que todo es posible. Por eso soy el hada de los sueños. Tengo la capacidad de imaginar lo inimaginable, de crear sueños imposibles. No son de esos sueños que brotan mientras duermes, pueden colarse pesadillas que te desgastan la vida. Los sueños que yo creo son aquellos que mantienen viva a la humanidad. Esos sueños a los que les ofreces toda tu energía para verlos cumplidos, pero que acaban desapareciendo cuando vuestras fuerzas flaquean. Hay una sola razón por la que te cuento todo esto. Yo puedo conseguir que esos sueños se cumplan, puedo hacerlos realidad. Pero me falta algo. Me falta la varita mágica para darle el toque final y que todos esos sueños se liberen por el mundo. Tú eres el único que puede ayudarme a conseguirlo. La varita mágica se llama felicidad y está dividida en dos partes; tú única función es unir ambas. Una está en tu corazón. Adivina dónde está la otra.

-          -   En el tuyo.